viernes, 6 de abril de 2012

Capitulo 2 Segunda Parte


Siempre estaba soltando unas profecías raras sobre que una chica nos salvaría ¿Pues si de verdad existían las profecías porqué no había venido?
-No podemos contarle nada ¿Y si se lo cuenta al Rey para que le deje libre?
-No lo hará. Nos ayudará ¿Has pensado lo que podría pasar si esto empeora?-Suspiré, cediendo.
-Esta bien pero como cuente algo me las pagará.
-Estoy seguro de ello- contestó dándome un beso en el pelo- y ahora me voy a duchar, no quiero llegar tarde.
-Ok, adiós.
-Adiós- Le dí un beso de despedida en la mejilla y se fue.
Lucas por lo general no solía equivocarse, pero no estaba segura de si esta vez tenía razón pero confiaba en él. ¿Cómo no podría? Siempre había estado ahí y confiaba en mí, no había secretos entre nosotros, bueno tal vez sí uno: que estaba enamorada de él, pero ahora tengo bastantes problemas como para intentar que fuéramos algo más que amigos, también tenía miedo de que el no sintiera lo mismo. Lo que no entendía era que por qué no me tenía miedo o asco, ya que no es normal despertarme así. Mientras pensaba en todo esto me dí cuenta de que estaba enrollando inconscientemente un hilo de mi camiseta, pero lo extraño fue ese pequeño remolino que se estaba formando en el agua. Deje de mover el dedo e inmediatamente el agua volvió a estar tranquila. Volví a mover el dedo y el pequeño remolino se volvió a formar.
Definitivamente me estaba volviendo loca, mejor dicho estaba completamente loca.
-¡Mierda!- Dentro de poco iba a sonar la campana y había un buen camino de aquí al comedor. Me levanté y me di prisa en llegar, había perdido la noción del tiempo, la verdad es que ese sitio enganchaba.
Llegué poco después de que sonara por suerte Lucas me había guardado el sitio de siempre y me había traído el desayuno. Al llegar a la mesa le sonreí.
-Gracias no sabes cuanto te lo agradezco.
-¿Dónde te habías metido? Tú siempre llegas antes.
-Resulta que me has pegado la manía de ir al claro a pensar.
-¿Y en qué pensabas? ¿En como escabullirte de lo de esta tarde? Porque si es eso no creas que podrás, pienso preguntarle con tigo o sin ti- Bufé.
-No era eso, tonto. Y no pienso decírtelo, bueno si me dices tú en lo que siempre vas a pensar tal vez te lo diga.
-Entonces no lo sabré- contestó sonriendo y yo le miré entrecerrando los ojos.
-Te veo extrañamente feliz, Lucas. ¿Qué tramas?-abrí mucho los ojos-¿No será que has cedido ante Carol y ahora sales con ella?- Intenté aguantar la risa y seguir con mi cara de sorpresa ante su expresión horrorizada.
-¿¡Qué, bromeas!? Ni si quiera sé como decirle que se olvide de mí sin ser demasiado brusco.
-Tal vez deberías darle una oportunidad- contesté riéndome.
-Tu quieres matarme-dijo Lucas gimiendo.
-¡¡HOLA!! ¿Qué tal estas galletita?- hablando de la reina de Roma… Espera, ¿dijo galletita?
-Bueno…
-Ah, hola- ¿Ahora me ve? Claro sólo tiene ojos para él- No sabía que estabas aquí.
-Hola. Bueno yo os dejo que quiero repasar lo que dimos ayer- me levanté recogiendo mis platos vacíos, ante la mirada de miedo de Lucas y la de alegría de Carol. Pobre…
-¡Espera! Te acompaño… tienes que explicarme algo, que ayer no entendí…- se levantó y me dí cuenta de que sólo lo decía para que no le deje a solas con ella.
-Oh, ¿ya os vais? ¿Puedo acompañaros? Hay algo que no entendí… ¿me lo podríais explicar vosotros?- puso ojitos pero más parecía un monstruo que dar pena.
-¿por qué no se lo pides a Gordon? Seguro que él te lo explica encantado y mejor que yo. Adiós- no le dí tiempo a que me contestara no me apetecía tenerla pegada toda la mañana. Lucas me siguió despidiéndose de una asombrada Carol.
-¡Estas loca! ¿Pretendes que esa me mate abrazándome, o es que te gusta verme sufrir?- me dijo cojiendome del brazo y empujándome fuera antes de que Carol nos siguiera.
-Sólo quería vengarme por lo que me hiciste el otro día con Gordon. Para que aprendas a no dejarme a solas con ese baboso-la verdad es que Gordon no estaba demasiado mal y era algo agradable (cuando quería) pero era un completo cerdo y apoyaba al Rey.
-Vale lo he captado ¡Pero por favor no dejes que se me acerque tanto! Me dan ganas de vomitar cada vez que se me pega así.
-Venga no te pongas así, además-miré a nuestro alrededor asegurándome que no nos veía nadie-tengo que enseñarte algo. Y si tú también lo ves es que no estoy tan loca.
-¿Más cosas raras? ¿Y ahora qué?-dijo preocupado siguiéndome hasta el claro.
Cuando llegamos nos sentamos en los sitios de antes y Lucas me miró esperando.
-Mira el agua atentamente.
-No veo nada diferente.
-Espera no seas impaciente- me armé de valor y moví el dedo exactamente como antes. Entonces empezó a hacerse otro remolino de agua. Lucas abrió los ojos como platos y me miró sorprendido.
-¿Có…cómo lo has… hecho?
-No tengo ni idea.
-Crees que tiene algo que ver con…
-Sí- le corté- o eso o soy más bicho raro de lo que creía.
-Mola ¿Sabes lo que puedes hacer con esto?
-¿Remolinos de agua diminutos?
Lucas sacudió la cabeza.
-No, creo que puedes controlar el movimiento del agua ya le encontraremos una utilidad a tu don.
-¿Don? No sé si yo lo llamaría así.
-Ahora si que iremos a ver a la señora Margaret.
-Esta bien pero vallamos ya a clase, no quiero llegar tarde.
Lucas asintió y nos fuimos en silencio a estudiar.

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