viernes, 6 de abril de 2012

Capitulo 4


CAPÍTULO 4
Volvimos a los cuartos de los adolescentes algo aturdidos. Lucas y yo teníamos 17 por lo que prácticamente teníamos los mismos horarios.
-Bueno, no esperaba eso…
-Yo tampoco, ahora tengo que ir un rato a la mina. ¿Te toca limpiar los cuartos, no?
-Sí, nos vemos después y “hablamos”-con “hablamos” me refería a intentar averiguar como dominar mis poderes.
Me dirigí a los cuartos pequeños después de despedirme de él.
-Hola, Jen.
-Hola, -Raquel era mi amiga y compañera de limpieza por hoy. De la limpieza nos encargamos las chicas mientras que los chicos tenían que ir una hora a la mina a darle más oro al Rey, una de las razones por las que están aquí es por el oro.
-Oye, ¿te encuentras bien? No tienes buena cara. Si quieres limpio yo por ti esto no está muy sucio.
-Estoy bien, un día largo. No te preocupes.
-Ok, pero si no te sientes bien avísame.
Estuvimos limpiando mientras hablábamos sobre cosas sin importancia. Cuando todo estuvo limpio ella se fue, hasta que oí unos pasos, unos pasos que conocía bien. Lucas.
-Wow, esto está muy limpio.
-Lo sé.
-¿Vamos a recoger la ropa? Creo que los de lavandería han terminado.
-Vale, espero que no se hayan dado cuenta del estado de mi ropa.
Al parecer hoy todo iba contra mí porque lo primero que me dijo Irene al llegar fue:
-¿Qué hiciste anoche, corriste durante horas alrededor de una fogata?
-No… lo que pasa es que tuve una pesadilla, ya sabes recuerdos- eso funcionaría siempre cambian de tema cuando hablo de mis padres, supongo que será por que creen que aún no lo he superado.
-Ah, bueno, pero como olía a humo…
-¿Estas segura? Esta mañana no olía a nada- otra vez Lucas al rescate.
-Será mi imaginación…
-Adiós.
Fuimos a “nuestro” cuarto con la ropa y los sacos de dormir.
-¿De verdad sigue habiendo oro en la mina? Con todos los años que lleváis excavando y todo lo que sacáis por día… no sé pensé que algún día se acabaría.
-Ajá-Parecía algo distraído.
-¿Lucas? ¿Estás aquí? No me digas que sigues dándole vueltas a lo de antes.
-No, es que hay algo muy importante que quería decirte desde hace algún tiempo y… no sé muy bien cómo decírtelo.
-Pues, simplemente dilo.
-Vale, allá voy-tomó una profunda respiración y me cogió de la mano indicando que me quedara dónde estaba. Parecía nervioso.
-Jenny, yo te…
-¡Hola, chicos! Estáis aquí no te he visto en todo el día Lucas ¿Qué tal te ha ido?-Esa era la madre de Lucas interrumpiendo a su hijo.
-Bien mamá-me soltó de la mano y abrazó a su madre, me miró cómo diciéndome que luego hablaríamos.
-¿Y tú que tal Jennifer? Me ha dicho mi marido que te ha visto esta mañana.
-Sí, la verdad se le veía preocupado por algo-no me había dado cuenta antes, pero ahora vi lo que no había visto antes.
-Es cierto, papá parece algo preocupado desde que fuimos a nadar al lago.
-No os preocupéis, ya sabéis cómo es por cierto ¿haréis algo después?
-Pensábamos ir a nadar-era mentira íbamos a intentar desarrollar mis poderes.
-Esta bien que os divirtáis.

Lucas y yo nos dirigíamos hacia el claro, habíamos comido en clase (a la mitad de la clase teníamos 20 minutos para comer). Cuando le pregunté qué era  lo que quería decirme antes.
-Oh, eso creo que es mejor que te lo diga en tu cumpleaños, tengo algo con lo que podré decírtelo mejor que con palabras-me paré.
-Lucas ya sabes que no tienes por qué hacerme nada.
-Lo sé pero quiero darte algo que exprese lo que sien… lo que quería decirte.
-Pero…
-Vamos, no insistas el regalo está casi terminado y no querrás que me haya esforzado para nada ¿Verdad?
-No, pero…
-Entonces vamos.
Ahora tendría que esperar un mes a saber lo que era tan importante.

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